No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....



domingo, 28 de abril de 2013

Estudio para mirar una aspirina.


Cuando mirás una aspirina, tenés que sentir un profundo respeto porque estás mirando al mejor ejemplo del sentido de la ubicación, porque así de pequeñita como es, y partiendo de tu mano, llega directamente al foco del dolor. Te duele la cabeza y vos te tomás un aspirina, sin preguntarte cómo va a ser para llegar a la cabeza, incluso sin prestarle al sentido común que indica que el modo más rápido y correcto sería abrirte el cráneo al medio y depositar allí la aspirina, sin entrar en detalles de si deberíamos colocarla entera sin demasiado elegancia, o hacer trizas y polvos la aspirina y espolvorearla por el cerebro como se espolvorea la sal en la carne o el azúcar en la tortitas negras.
Ignoramos cómo llega la aspirina dónde tiene que llegar, ignoramos si es pura virtud de ella o si el cuerpo humano dispone de un excelente sistema de señalización interna que permite a cada cosa que se adentre llegar donde tiene que llegar. Llegar a donde tiene que llegar: la comida al estómago, los pensamientos al cerebro, los sentimientos al corazón y la mierda al culo. A veces, porque otras veces, la comida llega al corazón, los pensamientos al culo,  los sentimientos al estómago y la mierda al cerebro.
Sugiero no inclinarnos por la virtud de la aspirina, sugiero hacerlo como homenaje al gran diseño del ser humano, que si bien es feo por dentro; lleno de órganos babosos, líquidos desagradables y desechos, puede ser realmente hermoso por fuera.

Introducción al estudio para mirar una aspirina.

Lo que no soporto de las aspirinas es que se me metan en las papilas de la lengua, que definitivamente es lo más lindo que tienen. La aspirina es invasiva porque te mira a los ojos. Pienso; me parece una falta de respeto, total, como cualquiera que te miré a los ojos, aunque no parezca soy una mujer casada, tengo que mantener un hogar, y aparte de ese, tengo que mantener otros dos más, y dejar que me mantengan en cinco, que tampoco es simple dejarse mantener. Lo único que uno espera del mundo es que, por lo menos, una aspirina lo respete, digo y cuando digo “respete” es que le hable despacio, con una voz suave, y no con esa voz blanca de ácido acetilsalicílico. Porque, aunque nos intenten mentir, la aspirina es un nombresucho, un apodo. En el mundo siempre hay alguien, dedicado y preciso, que le pone nombre a las cosas con un fundamento coherente, y todo para qué, para que venga un cualquiera a ponerle otro nombre. Aspirina pero una cosa es una cosa, una aspirina es una aspirina, un tenedor un tenedor, pero una aspirina, no es una aspirina, una aspirina es una aspirina.
En contraposición, lo que me gusta de las aspirinas es que son educadas, porque tocan el timbre para entrar en la boca y esperan entre los dientes con apuro de soldado y con las armas levantadas apuntando a la campanilla para intentar prenderse fuerte en el viaje hacia el centro del estómago, desarmándose en partículas pequeñamente enormes que tiran manotazos de kamikaze, rumbo a ahogarse entre los jugos gástricos.
Aspirina, te la pasas violentándome. Constantemente. Y vos me decís que no me hacés nada. Eso también es un problema. No me hacés nada. Descarada, todavía me lo recordás.
Pasás de la nada a violentarme. Mirá cómo me mirás. ¿Te pensás que no me doy cuenta lo que hacés? ¡Basta! Me estás mirando por encima de la frente, a la altura del pelo. Me mirás el pelo, el peinado para descubrir si tengo algún lugar poco poblado, y cuando lo encontrás te quedás ahí.
Claro, seguro que te defendés diciendo que solo me miras, nada más. Pero: Vos no mirás “nada más”, hacés un montón de cosas juntas mientras me mirás; vos me analizás, te pensás mejor que yo. ¿No sabés el terror que tengo de quedarme pelado? Me querés engañar, porque está en la naturaleza del hombre ser engañado, como está en la de la aspirina ser infiel, ¡feliz coincidencia!
Si amás algo, déjalo libre, déjalo volar; si vuelve a ti, es porque también te ama. Excepto que sea un pájaro, o simplemente tenga alas.
Excepto que tenga alas pero sea una toallita.
Hay animales con alas que no vuelan.
Hay animales con patas que no caminan.
No quiero ser muy pelado, me banco un poco de entradas, pero solo un poco.
Hay animales con cerebro, que no piensan.
Yo tenía tres canarios de pequeño; Laura, Mariana y la otra, un día la jaula se abrió y volaron, nunca más volvieron. ¿Quiere decir que nunca me amaron? No sé sabe, como tampoco se sabe si existe un mundo paralelo donde si a las aspirinas les duele algo, se toman un humano con agua. Tampoco sabemos si existe otro mundo paralelo donde si un laxante está constipado, agarra un humano y…bueno, no querrán saber por dónde se lo manda.

miércoles, 24 de abril de 2013

Pájaros II


¿Quién no tuvo dos,
O cuatro pájaros?
¿Quién no pensó en llamarlos;
Esperanza y Desolación,
O Juventud, Descanso, Cenizas y Locura?
¿Quién no les abrió la ventana?
¿Quién no dudó en ahogarlos?
Quién no hizo planes;
Cortarles las alas a la esperanza
darle alpiste a la desolación.
¡Quién no predijo;
Un día la juventud volará!
¿Quién no soñó su descanso en el aire,
las cenizas flotando, dispersas?
La locura, llena de plumas,
Nos observa
Con sus ojos de paloma.

jueves, 11 de abril de 2013

Conejos.

Supongo que los conejos son más sabios porque no deshojan zanahorias, aunque no lo hacen por la simple razón de la ausencia de pétalos. Sin embargo descascaran zanahorias como una actividad obscena, con el poder de manejarlo.
Supongo: Zip, zip, zip (onomatopéticamente equivocado), y mientras pelan van presagiando lo que vendrá. Un conejo sabe lo que quiere cuando muerde la zanahoria.
Todo es obstinado y desagradable en la forma en que pelan zanahorias los conejos, como también de la manera que celebran la ausencia de pétalos, mientras las armas de sus ojos inexpresivos buscan dónde posarse. Uno no puede mirar a los ojos a un conejo, son los ojos del conejos los que te dejan mirarlos, los que te dirigen la vista.
Poco a poco, los conejos van a dominar al mundo, porque dominan las zanahorias, generando un mundo destinado al fracaso humano por la falta de herramientas de decisión, por la falta de pétalos. Un mundo donde las flores se cambien por zanahoria y los pétalos por cáscara. ¿Qué harán las mujeres gerentas, las mujeres presidente, las mujeres jefes? ¿Cómo tomarán sus decisiones? ¿Lo harán con la convicción de la estúpida igualdad? ¿O pelarán zanahorias con el gesto tonto de alguien que hace algo sin estar convencido? ¿Se inclinarán por los alcauciles y al llegar al corazón del mismo lo embeberán en vinagre y aceite y lo engullirán?
Mundo destinado al fracaso, aquel dónde conejos y damas no desnudan flores y como consuelo sostienen zanahorias, como forma de acercarse. Mundo donde matar a una mujer a golpes de pétalo es un delito, y no poesía. 

jueves, 4 de abril de 2013

La sed.


Si solo el agua calmase la sed, el mundo sería aburrido. El agua solo sacia las sedes pequeñas, imposible con las enormes. Aquellas estaban destinadas a licores más espesos, más extraños, más complejos. Beber agua no era más que un simple disfraz, o una posta en una carrera que apenas si podía comprender.

lunes, 1 de abril de 2013

Carbones

Me meto carbones, 
como si fuesen bombones,
bombones ardientes ,
bombones que arden,
Me arden las papilas,
la lengua se me pornifica,
se pornear los labios y
los dientes se rectifican
Después se pasa, casi.
Un poco todo es así
decir, solo decir;
pero decir jugando.
Sentir dejándolo,
hacer que sentís
y lo importante
sentir lo que hacés.

Me ato cordones 
me ato carbones
para que caigan 
y luego recuperarlos
La lengua me derrite;
los bombones.

Todo eso; también sos vos.
en cambio Dios...
Dios es una trampa, 
enorme brillosa cruel