Algo parecido
debía pasar por la cabeza de Nicolino Locche poniendo la cara para recibir el
golpe. Pero Nicolino sabía lo que venía, era una serpiente despierta. Hacía
trampa, ponía la carita porque sabía cómo esquivar el golpe, le mostraba la
jeta al otro, lo desafiaba, le mostraba el objetivo y después todo era una
curva de músculos cambiando de lugar y posición. No lo iban a agarrar tan
fácil, no. Se corcoveaba generando ira. La guardia baja no es para cualquiera,
la defensa de Nicolino.
No deseo ser realista, pretendo escribir música pero con palabras, porque los recuerdos suceden con música. Tengo trucos en el bolsillo y cosas bajo la manga, pero no quisiera ser un prestidigitador común. Pese a todo, no he podido determinar, si quiero mostrarles la verdad con la apariencia de la ilusión, o por el contrario, la ilusión con la apariencia de la verdad.....las palabras me preceden, me sobrepasan. Tengo que tener cuidado: sino las cosas se dirán sin que yo las haya dicho. Así como un tapiz está hecho de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir solo uno....mi enredo surge porque una historia está hecha de miles de historias....
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